El caballo destinado a la doma clásica, necesita un adecuado calentamiento para prepararse a los esfuerzos físicos y de concentración que requiere esta disciplina. Aparte del trabajo a la cuerda, cuyo uso dependerá muchas veces del temperamento del animal y de la necesidad de potenciar determinados aspectos, el calentamiento que se explica en las líneas siguientes se refiere a la progresión del trabajo montado. Al principio, siempre deben dedicarse de 10 a 15 minutos al paso, con las riendas ligeramente alargadas, permitiendo que el caballo estire el cuello hacia abajo manteniéndose tranquilo, con un movimiento amplio hacia delante, evitando que trote. Posteriormente, y todavía al paso se ira recuperando un ligero contacto con la boca del caballo, que irá acompañado del aumento de las ayudas propulsoras, y de unas flexiones y cesiones de mandíbula, para poder comenzar el trabajo al trote. En el paso también se recomienda practicar ejercicios laterales antes de empezar a trotar, para romper las rigideces dorsales. Se comenzará realizando el trote levantado "a la inglesa", para no sobrecargar el dorso del caballo y animarlo a redondearse. Se tendrá el contacto en la boca necesario para llegar a conseguir la puesta en mano elemental propia de este aire. Se debe recordar, que el caballo en el calentamiento debe mantenerse tranquilo y relajado. A medida que vaya calentando sus grupos musculares, se podrá ir exigiendo más y el caballo, a la vez, estará más predispuesto. Se debe prestar especial atención al paso de las esquinas, a los círculos grandes, vueltas y serpentinas de pocos bucles, así como transiciones trote-paso y paso-trote. Se seguirá con el trabajo a galope en el que tendrá especial importancia la rectitud, con una buena impulsión y la curvatura adecuada según el radio de los círculos, y el mantenimiento de la cadencia. Se comenzará a realizar transiciones a los tres aires, por orden paso-trote-galope o a la inversa, buscando el equilibrio. Después algún alargamiento tanto a paso, trote o galope; las paradas, el galope entrocado, y ejercicios de dos pistas. Para mantener la impulsión, se usará la pierna interior, junto a la cincha, siendo la misma alrededor de la cual se incurvará el caballo, tanto en los círculos como en las vueltas. La pierna exterior servirá para evitar los desplazamientos de la grupa, colocada ligeramente hacia atrás, y para las salidas a galope. En cuanto a las riendas, se debe vigilar, no excederse en el uso de la interna, ya que sirve para relajar la mandíbula y colocar al caballo, acompañada siempre de la acción simultanea de la rienda externa, que evitará los excesos de flexión conteniendo las espaldas, proporcionando el apoyo necesario. A partir de aquí comenzaremos a practicar las figuras incluidas en el nivel del jinete, teniendo en cuenta que todos los ejercicios deben realizarse a ambas manos. Durante el trabajo, se harán periodos de descanso al paso, para terminar la sesión con unos minutos de relajación, comenzando con un galope ligero, seguido de trote levantado y paso. |
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