No se sabe a ciencia cierta el verdadero origen del Caballo Español, lo que si es cierto que en la época prerrománica ya existían referencias ecuestres en lo que hoy se conoce como España. Autores romanos como Plutarco, Plinio el Viejo y Séneca nos hablan del caballo de Hispania, como un ejemplar bello, dócil, arrogante y valiente, ideal para la guerra y para los juegos que se desarrollaban en los circos de la época. El Rey Felipe II ordena la cabaña caballar de su reino y pone las bases definitivas para que el Pura Raza Española alcance su apogeo en años venideros, y lo hace mediante la creación de las Caballerizas Reales de Córdoba donde agrupa los mejores sementales y yeguas de las provincias que bordean el Guadalquivir, que por aquel entonces eran las más prolíficas en la cría de caballos. Nace así la Yeguada Real, que con el tiempo llegó a ser la Yeguada Nacional. Se envían multitud de caballos al continente americano, que influyen decisivamente en su exploración, y son origen y base de la mayoría de razas que posteriormente se criaron en dicho continente. En Europa, España vive la edad de oro y el regalo más destacado de nuestra monarquía española era el de sus magníficos caballos que pronto alcanzaron gran reputación y fueron decisivos en el nacimiento de razas centroeuropeas. En los siglos sucesivos el caballo español, continuó su evolución en manos de la Yeguada Nacional, los particulares y terratenientes. Al margen del Estado, en el siglo XXI existen más de 1.300 criadores de Caballos de Pura Raza Española en España, y más de 400 en el resto del mundo. Considerándose que la población mundial se acerca a los 80.000 ejemplares, criados en más de 50 países de todo el mundo. Razas como los lipizzanos, lusitanos, paso fino o los caballos de sangre caliente centroeuropeos, se han creado a partir del caballo español. |
1. Denominación: caballo de pura raza española. También de le puede denominar por sus iniciales (P.R.E.). Otras denominaciones como caballo andaluz o ibérico no representan a nuestro caballo. Habitualmente se corresponden con caballos cruzados que carecen de los controles de calidad y pureza, así como de la documentación oficial del Libro Registro español. Los conocidos como caballos cartujanos son una familia ( o estirpe) dentro del Pura Raza Española.
2. Documentación oficial de un pura raza española: el registro español es único en todo el mundo. Sólo el Libro Registro-Matrícula español está autorizado para emitir a nivel internacional la documentación oficial de los ejemplares de Pura Raza Española. Es el único que garantiza la pureza racial y que se han aplicado los controles internacionalmente aceptados para nuestra raza: comprobación por ADN de la paternidad, reseña y microchipado al destete, valoración como reproductor a los 3 años, asignación de código de registro en el Libro, etc. El pasaporte emitido por el ministerio de agricultura español y la ANCCE es la única documentación que garantiza que el ejemplar es un Pura Raza Española y cumple con todos los requisitos para identificación de équidos impuestos por la Unión Europea.
3. Las capas en el caballo de pura raza española Según el patrón racial que figura en el Stud Book del PRE se admiten todas las capas con excepción expresa de la pía.
4. Aptitud para la reproducción Existen 3 tipos de reproductores en el esquema de selección del caballo de Pura Raza Española:
Reproductores básicos. Hay que solicitar la calificación a la entidad gestora del libro genealógico, la ANCCE. Los caballos españoles pasan esta valoración a partir de los 3 años en la que se decide si son aptos para la reproducción y los requisitos son: Los machos deben medir más de 1.52 m. a la cruz (1.50 m. en el caso de las hembras). No tener cuello de gato vencido, ni invertido (o de ciervo). No ser monórquidos ni criptórquidos. Observar fidelidad al patrón racial.
A partir de ese momento, sus descendientes serán inscritos en el Stud Book. En caso contrario, conservan su certificado de origen racial, siguen siendo considerados como Pura Raza Española, pero carecen del derecho de registrar su descendencia. Si la carta de origen de un producto carece de la diligencia que ratifica su aptitud para la reproducción, quiere decir que aún no está legitimado para reproducir dentro del esquema legal contemplado para la raza. El ejemplar que no supera esta valoración puede volver a presentarse una segunda vez cuando el propietario estime conveniente. Reproductores calificados. Tras superar la revisión básica, los ganaderos pueden presentar sus ejemplares a una valoración adicional en los Tribunales de Reproductores Calificados (TRC) en la que se analizan sus regiones y aires naturales.
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