viernes, 7 de diciembre de 2007



Su esqueleto se compone de 210 huesos individuales, proporcionando sostén a los músculos, protegiendo a su vez los órganos internos, sus componentes poseen la movilidad necesaria para que el animal pueda desplazarse. Sus diferentes articulaciones proporcionan diferentes grados de movilidad. Los huesos de las articulaciones se encuentran recubiertos de cartílago, el cual es más blando que el hueso y sustituye los efectos del desgaste en la superficie. La articulación se completa con la cápsula que produce la sinovia, el cual es un líquido articular que lubrica las superficies articulares, reforzando los ligamentos que unen los huesos.La articulación debe su movimiento a la forma de la superficie articular y la posición de los ligamentos y otras estructuras de sostén, tenemos como ejemplo al menudillo que es más flexible, a diferencia de la rodilla la cual se puede flexionar, mientras que la babilla puede moverse en diferentes direcciones.El esqueleto está formado de tal forma que cumple funciones particulares. La superficie del omóplato y las apófisis transversas de las vértebras lumbares poseen un extenso espacio en la inserción de los poderosos músculos que facilitan el movimiento de las patas delanteras y traseras.El cráneo es relativamente alargado, dejando espacio para los dientes y sus raíces, las órbitas de los ojos se encuentran distantes, dándoles una visión periférica que los alerta a cualquier peligro.El esqueleto posee diversas características, dentro de las más importantes encontramos a los pequeños metacarpianos y metarsianos, los cuales se localizan a cada lado de las cañas, las cuales son los vestigios de los dedos perdidos en la evolución, estos huesos se encuentran unidos a la caña por ligamentos. La fractura de la diáfisis ocasiona la inflamación "sobre hueso"; también encontramos a sesamoides que son dos huesos pequeños que forman la parte trasera del menudillo y el hueso navicular debajo del bolillo.






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